Por Alfredo Oropeza

Con el informe de la auditoría al primer año de gobierno de López Obrador, se destapa la cloaca de aquello que era evidente y se venía percibiendo de este gobierno de 4Ta.: el gasto público federal se derrocha en programas y obras ocurrentes, sin sustento, sin reglas de operación, sin controles debidos y entregando dinero público a manos llenas, entre beneficiarios existentes o no de programas sociales, proveedores cuates del gobierno y obras caprichosas, ocurrentes e innecesarias.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades en el desembolso de 12 mil 276 millones de pesos, como resultado del análisis de contratos de obra pública, convenios y esquemas de apoyo directo del presidente López Obrador.

En cuanto a la Secretaría de Bienestar, la ASF señala que la dependencia no ha podido acreditar la entrega de 74 mil 962 apoyos económicos en efectivo a 61 mil 302 beneficiarios, con valor de 228 millones de pesos; mientras que en el ocurrente programa que causó el desmonte e incendio de miles de hectáreas de reservas naturales, Sembrando Vida, los señalamientos suman 609 millones de pesos; por si fuera poco, la contratación de miles de simpatizantes y militantes de Morena como Servidores de la Nación, carecen de documentación que acredite el pago por 321 millones de pesos a esos empleados públicos.

Por su parte, la Secretaría de Cultura alcanza un total de 1,707 millones de pesos, en irregularidades detectadas, monto del cual 727 millones se destinaron para deudas de años previos al 2019, sin que se contara con la autorización correspondiente y sin proporcionar documentación que acreditara que fueron recibidos adecuadamente, detalló la Auditoría.

El despilfarro monumental de este gobierno se acentúa en el capricho de cancelar la construcción del NAICM de Texcoco y trasladar las obras de manera ocurrente al Aeropuerto de Santa Lucía, proyecto patito de López obrador. Aquí los auditores señalan que la cancelación de la mega obra tuvo un impacto negativo mayor a lo previsto, pues tuvo un costo de 331 mil 996 millones de pesos, 232% superior al estimado por el Gobierno de 4Ta. y aseguran que es podría elevarse aún más. Lo anterior, ya que la administración de López estimaba que cancelar la obra no sobrepasaría los 100 mil millones de pesos.

En cuanto a la Refinería Patito de Dos Bocas, la ASF determinó que las proyecciones para justificar la construcción de la refinería de Dos Bocas no coinciden dentro de las dependencias del gobierno federal, lo cual puede deberse a una sobreestimación de su utilidad, lo que llevaría al Estado mexicano a perder dinero.

La refinería operaría tan sólo al 78.5 por ciento de su capacidad, mientras que las refinerías que ya existen en el país trabajan apenas al 36.45 de su capacidad. La construcción de la refinería tan sólo es otro capricho de López que en nada aporta a la producción de gasolina, ya que su producción equivaldría a poner a operar al 65% de su capacidad todas las refinerías ya existentes en el país.

La Guardia Nacional no queda excluida de las irregularidades detectadas. Pese a tratarse de una “fuerza civil”, el 70% de elementos de la Guardia Nacional son militares y la nueva fuerza carece de bases e infraestructura propia, asegura la ASF.

El gobierno de López puso en marcha a la nueva Guardia Nacional (GN), con militares transferidos a sus filas sin acreditar los cursos de formación inicial, ni la certificación de que eran aptos para ejercer ese trabajo; con recursos manejados sin reglas claras y en procesos poco transparentes; y con un despliegue masivo, pero sin atender ninguna lógica criminal ni de incidencia delictiva.

Así se pone en evidencia los que venía perfilándose con López Obrador, despilfarrar los recursos públicos en caprichos y ocurrencias, sin el menor control, sin transparencia y sin aplicar reglas de operación. Sólo por decreto, deseo y voluntad de su alteza serenísima.