Por Alfredo Oropeza

Apurada anda la alcaldesa de Naucalpan por hacer ajustes en distintas áreas de la administración municipal, a casi seis meses de arrancar las campañas electorales en las que se renovaran ayuntamientos, además de diputados locales y federales del Estado de México.

Los cambios en las áreas políticas y de contacto social, del gobierno municipal no pueden esperar, dado que, ante el fracaso evidente del actual gobierno morenista en atender la agenda prioritaria para los naucalpenses –como son: el combate a la inseguridad rampante en el territorio municipal; la casi nula inversión en obra pública para la rehabilitación de calles, andadores, espacios públicos y pasos peatonales; la depresión de la economía local por falta de acciones eficaces que fomenten el consumo local y la recuperación de los pequeños negocios; y la lejanía, sino, la ausencia y olvido del gobierno municipal hacia las comunidades, principalmente durante la pandemia¬–, toda posibilidad de reelección de Durán se ve cuesta arriba.

A casi dos años de que se instaló el gobierno morenista en Naucalpan, ni nada ha cambiado, ni nada ha mejorado; sino todo lo contrario, mucho ha empeorado. Así como, el desgaste en la popularidad o aprobación hacia la presidenta municipal, si es que alguna vez la hubo; ya que, desde el primer año de gestión, la alcaldesa morenista no ha podido salir del sótano de los gobiernos municipales peor evaluados.

Por ello, con las elecciones del 2021 a la vista, la presidenta Durán ha decidido emprender la pepena de “operadores políticos” con cierta experiencia y conocimiento del municipio, alejándose del reclutamiento de personajes foráneos, importados de otros estados de la república o de otros municipios de la entidad, que ni conocen Naucalpan, ni su radiografía política, ni sus comunidades, ni las particularidades de las necesidades de cada comunidad.

De los actores políticos disponibles, que le puedan redituar cierta operatividad y articular cierta operación política (para conformar una improvisada estructura territorial, en la que base su movilización electoral), sólo le quedó a la alcaldesa la opción de recurrir al reciclamiento de todo aquel personaje que ya no encuentra cabida o juego político dentro del PRI de Naucalpan.

Así es como reaparecen, en la escena de la administración municipal, personajes como Claudia Oyoque Ortíz o Rosalba Gualito Castañeda. Ambas, militantes del PRI de Naucalpan que ocuparon importantes cargos en los años de bonanza Peñista.

La primera, exdirectora del DIF en el gobierno de David Sánchez Guevara y quien le sustituyó como alcalde, en el último tramo de la gestión 2013-2015; y la segunda, exdiputada local suplente de Enrique Jacob Rocha (2009-2012) y exdiputada federal del PRI (2012-2015).

Por su trayectoria dentro del PRI y con la esperanza de poderle acercarle y atraer a los liderazgos priistas huérfanos, olvidados en sus comunidades, es que la alcaldesa Durán consideró proponer a Claudia Oyoque como la actual Secretaria del Ayuntamiento de Naucalpan. Mientras que, por su trayectoria sindicalista, en el Sector Salud del Estado de México, y el vínculo que presume tener entre las promotoras comunitarias de salud del Gobierno del Estado, en Naucalpan, es que consideró proponer a Rosalba Gualito como Secretaria del Instituto Municipal de Atención a la Salud.

La propuesta de Claudia Oyoque fructificó, el pasado mes de junio; sin embargo, la propuesta de Rosalba Gualito, ni siquiera se puso en la mesa para la aprobación del cabildo, ya que la corriente denominada “Colectivos Morena Naucalpan”, encabezada por Aurelio Torres García, se opuso a que la presidenta Durán presentara tal punto de acuerdo.

A través de un escrito, el Colectivo morenista –quien tiene representación en la fracción de Morena, en el cabildo–, obligó a la alcaldesa a declinar presentar tal propuesta. Lo anterior, al exigirle que en la administración “sean integrados nuevos perfiles de gente identificada con los propósitos de la cuarta transformación y no de personajes venidos del antiguo régimen”.

Así, los propósitos de la cuarta transformación en Naucalpan dejan a medias los propósitos de la presidenta Durán Reveles por PRIvatizar la administración municipal morenista y, con ello, la urgencia de articular una base electoral y territorial, que le aporte los votos que ya no podrá recuperar, tras el gris desempeño de su administración.