Por Alfredo Oropeza

“Con la vara que midas serás medido” vale recordarle este viejo dicho a López Obrador y a sus huestes, quienes en sexenios anteriores gustaban de endosarle todas las responsabilidades y costos políticos, de las tragedias humanas, a los expresidentes en turno. En ese entonces no cabían las justificaciones, ni las frases de deslinde de responsabilidades, como la recién acuñada: “Son cosas que pasan”.

Así como endosaron todos los lamentables casos de homicidios dolosos a cada expresidente, ahora, corresponde pasar la factura por su incapacidad e incompetencia para disminuir la violencia, los homicidios y el pésimo manejo de la pandemia a López.

Basándonos en datos oficiales, si los “muertos de Calderón” sumaron 121.6 mil y los “muertos de Peña” llegaron a 156.4 mil, en 31 meses los “muertos de Obrador” acumulan un total de 320,412 personas (86,370 homicidios estimados de diciembre de 2018 a junio de 2021, más 234,042 fallecimientos por Covid-19).

Lo anterior, sin contar los lamentables 2,257 decesos de niños con cáncer, por la falta de tratamientos oncológicos, derivado de la indolencia del gobierno por adquirir en tiempo y forma los medicamentos necesarios; y sin contar “los otros datos” de las 351,376 muertes catalogadas como “Asociadas a Covid19”, pero que no se suman a las cifras de confirmados por la pandemia.

Siendo rigurosos, si sumamos todas las cifras oficiales del gobierno, más los otros datos (también oficiales del gobierno), los MUERTOS DE OBRADOR superan el MEDIO MILLÓN DE MEXICANOS, sumando un estimado total de 674,045 fallecimientos, en lo que va del sexenio al corte de hoy.

Con estas macabras cifras, en tan sólo 31 meses de gobierno, López Obrador podría postularse como miembro de la liga de los más grandes genocidas de la historia. Al grado de no descartársele para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad, tras concluir su sexenio; si no por ordenar las muertes y las ejecuciones, sí por su incapacidad manifiesta, su irresponsable actuar y el tratar de encubrir y maquillar la dimensión de la tragedia, siempre escudado en su “Yo tengo otros datos”.

Por más que lo niegue López, los datos oficiales de su propio gobierno son fríos y contundentes, los homicidios de 2015 a 2021 tuvieron un crecimiento de 84.1%, colocando a nuestro país con una tasa de homicidios cuatro veces mayor al promedio mundial. México ocupa el noveno lugar mundial en homicidios, presentando la escalofriante cifra de casi 100 mexicanos asesinados por día, de los cuales 10 son mujeres.

En los cinco primeros meses de 2021 hubo 7.08% más feminicidios que en el mismo periodo de 2020. Entre enero y mayo de 2021 se registraron 423 asesinatos de mujeres tipificados como feminicidios, según los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

En su Stand Up mañanero de hoy, durante el round sostenido con el periodista Jorge Ramos, sobre los datos de homicidios dolosos y COVID-19, López Obrador admitió que les ha sido difícil reducir los homicidios, no sin dejar de culpar a los gobiernos del PAN y PRI por la violencia heredada, no obstante que ya va para tres años de gobierno.

Los datos oficiales son contundentes y muestran que en el gobierno de López Obrador no se han logrado reducir los homicidios significativamente. Los meses que van de su gobierno son los más violentos de los que haya registro y, a esta altura del camino, no hay excusas, ni pretextos que valgan.

El presidente está en su turno al bat desde diciembre de 2018 y, al igual que sus antecesores, todas las perdidas y tragedias humanas durante su sexenio, serán registros imborrables que marcarán su paso por la presidencia. La cual, hasta el momento se conduce a ser el más violento y con más muertos, en los frentes de la inseguridad y la pandemia.